MUJER EN PUNTO CERO

 

teatro

 

Mujer en punto cero, una obra contra la violencia hacia la mujer, vuelve a escena. Teatro en Madrid.

(Por Salvador Enríquez)

En la noche del 24 de noviembre, víspera del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, instituido por las Naciones Unidas, pudimos asistir a una más que interesante función en la sala Entredós. (calle Marqués Viudo de Pontejos, 4 - Madrid).

Se trata de "Mujer en punto cero", una adaptación de la novela de la escritora egipcia Nawal Al-Saadawi a cargo de Ilda Fava e Isabel María Díaz. Ilda se ocupa de la dirección e Isabel preparó la dramaturgia. De este montaje ya tuvimos ocasión de ver una primera versión de Ilda Fava, hace casi diez años, en la sala Mirador, y es de las que uno recuerda por la fuerza de la denuncia que encierra y por la vigencia, tristemente, de la misma, amén de los valores artísticos desde el punto de vista teatral.

 

 

 

 

En la práctica es un monólogo, contado en primera persona, que estuvo a cargo de la actriz Belén Sango, con el apoyo indiscutible de Rosalía Ángel. Rosalía Ángel, como la guardiana, da entrada en escena a Belén Sango que interpreta a Firdaus, una mujer egipcia que ha sufrido desde la infancia el acoso de los hombres: su padre, tu tío, su pareja… pasando por la ablación, en una escena llena de dramatismo. Esa entrada en escena, entendemos que la prisionera lo hace a declarar, es el comienzo de un monólogo que no puede dejar indiferente a nadie por dos razones: por lo que se dice y por cómo se dice. Un trabajo muy cuidado en el aspecto escénico para evitar caer en la simple denuncia (aunque nunca viene mal hacerlo) y llevar al ánimo del espectador el drama de una mujer (que es el de muchas), por el acoso y la vejación a la que se ve sometida, envuelto para una mejor comprensión con luces, vestuario, música y, naturalmente, con la interpretación de la joven Belén Sango que resulto maravillosa, justificando sobradamente los aplausos que recibió al finalizar su difícil y extenuante trabajo.

La escritora Nawal Al-Sadawi conoció a la protagonista de esta historia en la cárcel de mujeres de Qanatir en Egipto cuando realizaba un estudio. Firdaus estaba a punto de ser ejecutada por haber matado a un proxeneta y haberse negado a aceptar el indulto: "...he triunfado sobre la vida y sobre la muerte –dice- porque ya no deseo vivir y tampoco me asusta morir. No deseo nada. No espero nada. No temo nada. Y, en consecuencia, soy libre. No me condenáis por un asesinato sino porque estoy diciendo la verdad, y la verdad es salvaje y peligrosa".

Resulta más que estimulante que grupos como el que dirige Ilda Fava en su Taller Teatral TIF hagan el esfuerzo de conseguir que el espectáculo teatral no sea solamente un medio de evasión, sino de reflexión; un espacio y una actividad artística que mantiene los valores indiscutibles del hecho dramático.

 

actuaciones

 

info@chandra.es