El Estrés Puede Perjudicar la Memoria y al Aprendizaje Incluso a Corto Plazo

Breves períodos de estrés, que duren tan sólo unas pocas horas, pueden afectar a la comunicación entre células cerebrales en áreas asociadas con el aprendizaje y la memoria, según los resultados de un nuevo estudio.
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Ya se sabía que el estrés grave, durante semanas o meses, puede perjudicar a la comunicación entre las células en la región del cerebro correspondiente al aprendizaje y la memoria, pero este nuevo estudio, efectuado por investigadores de la Universidad de California en Irvine, proporciona la primera evidencia de que a corto plazo el estrés tiene el mismo efecto.

"El estrés es una constante en nuestras vidas y no puede ser evitado", reconoce la doctora Tallie Z. Baram, catedrática en Ciencias Neurológicas en la Escuela de Medicina de la citada universidad, e investigadora principal del estudio. "Nuestros resultados pueden desempeñar un papel importante en el actual desarrollo de medicamentos para impedir esos efectos indeseables, y también ofrecen una idea más clara sobre por qué algunas personas son olvidadizas o tienen dificultades para retener información durante situaciones de estrés".

En el presente estudio, Baram y sus colegas identificaron un proceso hasta ahora virtualmente desconocido por el cual el estrés causa esos efectos. Ellos encontraron que más que implicar al cortisol, la ampliamente conocida hormona del estrés, que circula por todo el cuerpo, el estrés agudo activa a unas hormonas que liberan corticotropina, lo cual perturba el proceso por el cual el cerebro recoge y almacena los recuerdos.

El aprendizaje y la memoria tienen lugar en las sinapsis, que son los enlaces a través de los cuales se comunican las células cerebrales. Estas sinapsis residen en las espinas dendríticas, que son prolongaciones especializadas, parecidas a ramas de árbol, de las neuronas.

En estudios con ratas y ratones, el grupo de Baram observó que la liberación en el hipocampo, el centro principal del aprendizaje y la memoria en el cerebro, de las hormonas que liberan corticotropina, llevó a una rápida desintegración de estas espinas dendríticas, lo que a su vez limitó la capacidad para recoger y almacenar recuerdos mediante las sinapsis.

 

Los investigadores descubrieron que al bloquear la interacción entre las moléculas de hormonas que liberan corticotropina, y las moléculas de los receptores, se elimina el daño ocasionado por el estrés sobre las espinas dendríticas en las células del hipocampo que participan en el aprendizaje y la memoria.

Además, los autores reprodujeron los efectos del estrés en las espinas dendríticas, por medio de la administración de bajos niveles de hormonas sintéticas liberadoras de corticotropina, y observaron cómo las espinas se retraían en cuestión de minutos. "Afortunadamente, una vez son eliminadas las hormonas liberadoras de corticotropina, las espinas parecen crecer de nuevo", apunta Baram.

Hay compuestos en fase de desarrollo que muestran capacidad de bloquear los receptores de las hormonas liberadoras de corticotropina, y este estudio puede desempeñar un papel significativo en la creación de terapias basadas en esos compuestos dirigidas a tratar la pérdida de capacidad de aprendizaje y de memoria relacionada con el estrés.

Yuncai Chen, Celine Dubé y Courtney Burgdorff también trabajaron en el estudio.

 

Cómo el Miedo, el Estrés y la Ansiedad "Hielan" la Sangre en las Venas

 

"La sangre se me heló en las venas" es una expresión común, y según los últimos estudios se puede interpretar bastante literalmente. Un miedo intenso puede hacer que nuestra sangre se coagule y aumentar el riesgo de trombosis o de infarto cardiaco.
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Estudios anteriores mostraron que el estrés y la ansiedad pueden ejercer una influencia nada desdeñable en la coagulación. Sin embargo, se basaron casi por completo en la inspección de datos recogidos en cuestionarios respondidos por sujetos sanos. Ahora, en cambio, el equipo de investigación de Bonn creado en torno a Franziska Geiser (del Hospital Policlínico para Medicina Psicosomática y la Psicoterapia) y a Ursula Harbrecht (del Instituto de Medicina de Transfusión y Hematología Experimental) ha sido el primero en llevar a cabo un examen muy cuidadoso sobre coagulación en pacientes con trastornos de ansiedad.

 

Todo el mundo experimenta ansiedad de vez en cuando. El miedo a obtener malas calificaciones en el examen de matemáticas, el temor a bajar al sótano oscuro, o, en un sentido más general, la inquietud sobre lo que nos depara el futuro. Pero algunas personas sufren grandes temores al enfrentarse a las situaciones normales de todos los días. Por ejemplo, las víctimas de agorafobia frecuentemente tienen ataques de pánico cuándo se ven atrapadas en una multitud. Los síntomas pueden ser dramáticos: palpitaciones, sudoración, estremecimiento, pánico incontrolable, desfallecimiento... Pueden incluso provocar un estado que conduzca a la muerte. Otro trastorno de ansiedad encontrado frecuentemente puede ser descrito como fobia social. Los afectados tienen miedo de todas las situaciones en las cuales se convierten en el centro de atención en un grupo. Comienzan a tartamudear o a ruborizarse. Para evitar la vergüenza, las víctimas de la fobia social pueden acabar convirtiéndose en sujetos solitarios, evitando casi todo contacto humano y quedándose encerrados en casa.

Los investigadores médicos en Bonn compararon pacientes que padecen de una forma severa de trastorno de pánico o una fobia social, con un grupo de control integrado por personas sanas. A fin de excluir tanto como fuera posible la influencia de factores como la edad y el sexo, cada uno de los 31 pacientes con trastornos de ansiedad fue comparado con un paciente sano de la misma edad y sexo. A los sujetos se les tomó en primer lugar una muestra de sangre y se les solicitó realizar una serie de pruebas por ordenador. Luego se tomó una segunda muestra de sangre. El análisis de sangre, que midió varios factores de coagulación, produjo un resultado claro: el grupo de pacientes con ansiedad mostró un sistema de coagulación mucho más activo que el grupo de control.

 

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